La Jefatura Central de Tráfico cuenta con dos nuevos vehículos que, cedidos por el Gobierno regional, van a reforzar los servicios de inspección y van a velar por el cumplimiento de la normativa en materia de transportes por carretera. Sustituirán a otras dos furgonetas que entre 2006 y 2019 realizaron unas 300.000 inspecciones, detectando un total de 115.000 infracciones al reglamento de ordenación de transporte terrestre, según ha informado Europa press.
En 13 años, la Guardia Civil de la región puso un total de 115.000 infracciones
Así lo ha destacado el General Jefe de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil de Castilla-La Mancha, José Ignacio Criado, durante el acto de entrega que ha tenido lugar en la Comandancia de la Guardia Civil de Toledo, al que han asistido el jefe provincial de Tráfico de Toledo, Francisco Javier Villalba y el director general de Transportes y Movilidad, Rubén Sobrino, entre otros.
En este marco, Criado ha agradecido la entrega del Gobierno regional, recordado que en el marco de sus competencias atribuidas en el Estatuto de Autonomía está la de velar por la inspección y vigilancia del transporte por carretera, y su contribución a la inspección de transporte terrestre.
De su lado, el jefe provincial de Tráfico de Toledo, Francisco Javier Villalba, ha agradecido la llegada de estas dos unidades móviles para que la Guardia Civil pueda realizar inspecciones de transporte. Ha añadido que esta cesión pone en valor la colaboración institucional y resalta la importancia de este tipo de inspección, fundamental para vigilar el cumplimiento de normativa de transporte terrestre que redunda en seguridad vial.
"Por la región fluye una parte importante del trafico pesado del país, tanto nacional e internacional. Según la DGT el 14 por ciento del tráfico en las vías interurbanas es de transporte mercancías", ha indicado, que ha destacado la mejora de la siniestralidad, hasta el punto que en el pasado o 2020 solo se registraron seis fallecidos.
De igual modo, ha asegurado que se ha recuperado la intensidad de tráfico, siendo similar al de antes de la pandemia. "En Castilla-La Mancha hay zonas industriales y logísticas cada vez más potentes, lo que supone un reto permanente para las agrupaciones de tráfico a la hora velar por la seguridad".
