A partir de enero de 2026, el transporte de mercancías peligrosas por carretera dará un giro importante. Con la entrada en vigor de nuevas normas técnicas y operativas, tanto a nivel nacional como europeo, el sector se enfrenta a uno de sus mayores ajustes en años. Cambios en la clasificación de productos, nuevos requisitos para los vehículos, digitalización de la documentación y más controles en carretera dibujan un escenario que obliga a estar preparado con tiempo.
Algunas de estas medidas ya se conocían. Pero su aplicación práctica marcará un antes y un después. Las empresas de transporte deberán adaptar sus procesos, sus sistemas y sus vehículos a los nuevos estándares. Y los conductores, acostumbrados a la presión diaria del calendario y la carretera, tendrán que prestar aún más atención a los detalles que marcarán la diferencia entre un trayecto normal y una inmovilización en pleno servicio.
Requisitos ADR 2026: elementos técnicos exigidos para un transporte seguro
El ADR, que se actualiza cada dos años, llegará en 2026 con cambios que afectan de lleno a la operativa diaria. Uno de los puntos clave es la actualización de ciertos códigos ONU: productos que antes tenían una designación pasarán a tener otra, lo que implica revisar cada documento antes de salir.
También habrá una vigilancia más estrecha sobre mercancías con baterías de litio y sobre los vehículos eléctricos que se transportan, como coches, bicicletas o patinetes. Su volumen ha crecido y el nivel de exigencia regulatoria crece con él.
Y no se trata solo de papeleo. Los vehículos deberán ir bien señalizados, con los paneles naranjas visibles y en buen estado, las etiquetas sin daños y el equipamiento obligatorio a bordo. En este punto, es útil conocer los diferentes kits ADR existentes, que ayudan a unificar y mantener al día lo que se necesita para cumplir:
- Guantes,
- Gafas,
- Linterna,
- Mascarilla,
- Chaleco,
- Extintor,
- Y la señalización reglamentaria.
Documentación digital: el papel tiene fecha de caducidad
A partir del 5 de octubre de 2026, toda la documentación asociada al transporte de mercancías peligrosas deberá estar digitalizada. El documento de control y la carta de porte (CMR) se gestionarán en formato electrónico, tanto en rutas nacionales como internacionales.
Este cambio no es solo una cuestión de modernización. Permitirá a las autoridades acceder en tiempo real a la documentación de cada carga, agilizando las inspecciones y reduciendo los márgenes de error. Para las empresas, supone revisar cómo se integran estos nuevos formatos en sus sistemas de gestión. Trabajar con un TMS o ERP compatible ya no será una opción, sino una necesidad operativa.
La digitalización promete más trazabilidad y menos incidencias, pero no elimina la responsabilidad. Un dato mal cargado o una firma que no llega a tiempo puede frenar un servicio igual que antes lo hacía un papel mal rellenado. La agilidad digital no sustituye al control previo.
Más tecnología a bordo y nueva normativa de peso
Julio también trae novedades. Todos los vehículos ligeros, entre 2,5 y 3,5 toneladas, que hagan transporte internacional o cabotaje deberán incorporar el nuevo tacógrafo inteligente G2V2. Este dispositivo no solo registra el tiempo de conducción, también detecta pasos fronterizos, permite inspecciones a distancia y mejora la trazabilidad de los movimientos.
Además, empieza a aplicarse de forma progresiva la normativa que permite transportar hasta 44 toneladas en determinadas configuraciones. Esto afectará a los conjuntos articulados, vehículos rígidos y otras combinaciones, lo que obligará a revisar aspectos técnicos como frenos, neumáticos, ejes y cargas por eje. No es solo cuestión de peso, también de adaptación operativa y planificación más fina.
Inspecciones más rigurosas: cero margen para el descuido
Los controles en carretera cambiarán de tono. A partir de 2026, ya no valdrá con que “más o menos” todo esté correcto. Las inspecciones serán más detalladas y los agentes revisarán con precisión que cada etiqueta coincida con el documento, que el número ONU esté bien reflejado y que la señalización del vehículo sea perfectamente visible y reglamentaria.
Pequeños errores, como un panel sucio o una etiqueta mal colocada, pueden acabar en sanciones o inmovilizaciones. La diferencia estará en revisar todo antes de salir: documentación, señalización, equipo obligatorio y fecha de caducidad del certificado ADR. Lo que antes podía parecer un detalle menor, ahora pesará más.
En ese sentido, conviene reforzar los controles internos, revisar los procedimientos de carga y descarga, y formar al personal que interviene en cada fase del transporte.
El calendario no espera: adaptarse es una cuestión operativa
Las fechas están fijadas. Las normas también. La planificación no puede dejarse para el último momento. Las empresas que empiecen tarde la adaptación a este nuevo marco corren el riesgo de sufrir retrasos, multas o incluso quedarse fuera de operaciones clave. Y eso, en un mercado cada vez más exigente, puede tener consecuencias difíciles de revertir.
La preparación empieza por entender lo que viene, revisar los procesos internos, formar a los equipos y ajustar los sistemas. No se trata solo de cumplir. Se trata de seguir operando con garantías en un entorno donde cada error pesa más que nunca.