Dice el refrán que una imagen vale más que mil palabras, y cuando se trata de reflejar la dura vida de un camionero puede que la cita se quede corta.

Con 1,8 millones de visualizaciones y más de 5.800 comentarios desde que se estrenó en Youtube este video hace tan sólo tres semanas, Pau Clavero retrata a la perfección (con un realismo que no por descarnado es en modo alguno exagerado) la vida de Rafa, un camionero que sufre en sus carnes, en tan sólo una jornada de trabajo, todos y cada uno de los males que aquejan a una profesión de la que bien podría decirse que sus propios integrantes han perdido el control sobre ella para quedar a merced de una realidad que se antoja cada vez más hiriente.

Desarraigo familiar ("me he perdido la infancia de mis hijos", lamenta Rafa) y falta de seguridad en ruta (fue atracado en su propio camión a punta de machete) forman parte del bagaje de este camionero en sus casi 38 años de profesión.

Una profesión, hoy por hoy, marcada por la absolutamente comprensible falta de conductores ("intento que mi hijo no coja esto", confiesa el protagonista del video), y por la poca dignidad con la que se trata a esta imprescindible labor, que quedó más en evidencia que nunca en los primeros días del confinamiento, cuando los transportistas tuvieron que trabajar, tal y como relata Rafa, en condiciones de absoluta penosidad.

Pero la jornada de trabajo de este conductor profesional refleja cómo otro de los grandes males que aquejan a la profesión, la que tiene que ver con los tiempos de carga y descarga, no es un invento de un colectivo sectorial que no tiene nada mejor que hacer que reclamar a la Administración el trato que sufre por parte de un buen número de cargadores.

De este modo, Rafa sufre un retraso en la descarga de la mercancía, así como un cambio de ruta imprevisto, que complica de forma irresoluble la vuelta a casa para el fin de semana debido a una legislación en materia de tiempos de conducción y descanso que se aplica con una rigidez carente de cualquier lógica en un gran número de situaciones.

En definitiva, un video reportaje que no tiene desperdicio de principio a fin al no dejarse en el tintero ninguno de los retos que el transporte de mercancías por carretera se empeña en señalar una y otra vez desde hace años con pocos resultados palpables, todo hay que decirlo, a juzgar por la dirección hacia la que evolucionan los acontecimientos.