iJAC 7.5: luciendo palmito
PRUEBA
Como recién llegado al mercado español, nuestro protagonista quiere darse a conocer. Éste podría ser su "Instagram".
El iJAC 7.5 ha sido chequeado en nuestra sección de pruebas Premium (acceso en este link), pero la limitación de espacio de ese formato no ha permitido que nuestro protagonista luzca palmito en toda su amplitud.
Por ser un recién llegado a nuestro país el iJAC se quedó con ganas de mostrar su imagen en profundidad. Además este hecho cobra especial relevancia porque su parecido físico con otros camiones comercializados en España puede confundir a más de uno.
En definitiva, el iJAC muestra sus cartas en forma de imágenes, como si de su Instagram se tratara, para su mejor conocimiento. Así es el camión eléctrico de JAC Motors Iberia:
El iJAC se comercializa en nuestro mercado con tres distancias entre ejes: 4,475, 3,845 y 3,365 m dando lugar a chasis de 7,880, 7,025 y 5,995 m.
Este último ha sido el caso de la unidad que hemos tenido en nuestras manos, que carrozado con una caja frigorífica completa una longitud de 6,055m.
Como se puede imaginar el lector, con estas dimensiones (y su etiqueta de cero emisiones) está capacitado para llegar hasta el lugar más recóndito de la ciudad.
Visto de perfil podemos apreciar la longitud que acapara el frigo en relación con la cabina, a pesar de las dimensiones interiores que ofrece ésta.
Y es que la cabina del iJAC 7.5 ofrece unas generosas cotas interiores de habitabilidad para sus tres tripulantes. El respaldo de la plaza central es abatible para convertirse en una suerte de mesa de apoyo.
La versatilidad de este asiento no penaliza el confort de su ocupante en lo que a espacio se refiere, puesto que comparte banco a partes iguales con su compañero, y le gana en amplitud por su lado izquierdo, pues el conductor queda más alejado de él que la puerta de su acompañante.
Tan solo cede para sus piernas, como se puede ver en la imagen, en torno a una pulgada por el mínimo "túnel motor" que le corresponde por ubicación.
Quizá podamos achacarles a los mullidos de los cojines algo de blandura (un poco más de firmeza a buen seguro que la agradecería la parte de nuestra anatomía en la que espalda cambia de nombre).
El asiento del conductor no dispone de apoyabrazos interior (el exterior en este tipo de vehículos con constante trasiego de subidas y bajadas se suele obviar) por decisión de la marca, no por falta de espacio como en otros vehículos similares, como se puede apreciar.
La "foto" que ofrece el puesto de conducción es tan atractiva como tradicionalmente inusual en este tipo de vehículos.
Y si hablamos de tradición y conductor nos viene a la memoria una de las mayores curiosidades que traía nuestro protagonista: un cenicero en la puerta del conductor.
Curioso detalle, porque es el único elemento que acompaña a los pulsadores de los elevalunas en su adelgazado pero aprovechado guarnecido.
Como vemos en la imagen JAC ha conseguido incorporar un bolsón con capacidad para una botella y el altavoz en el fino revestimiento plástico del la puerta.
Y si miramos a la del acompañante nos encontraremos con el póker de espejos con el que JAC apuesta para combatir los ángulos muertos de la zona diestra del camión, especialmente importante en un urbano.
Obtienen buena nota en su conjunto, si bien el retrovisor de bordillo se nos antoja algo retrasado, lo que implica mayor giro del cuello del conductor para focalizarlo, y necesidad de que el pasajero esté completamente pegado al respaldo.
Otro detalle curioso que nos muestra la foto es el triple asidero para el acompañante: Uno en la puerta, otro sobre el marco de ésta y el tercero en el pilar A.
El conductor tendrá que comprar manos porque además de disponer de los mismos tres agarres que su compañero de reparto, el volante siempre le reclamará al menos una. Lo cierto es que facilitan el acceso a la cabina, que se encuentra significativamente elevada del asfalto.
Los espejos cumplen con su función, y como se puede ver, el fabricante chino no ha escatimado en tamaño en su desarrollo.
La sencilla apariencia de la barra que actúa como soporte esconde una funcionalidad que quizá no habíamos imaginado: están calefactados.
El botón que permite el accionamiento de esta función se encuentra aislado de cualquier otro, entre la pantalla de la consola central y el cuadro de instrumentos como podemos apreciar en la foto anterior.
El resto de la botonería queda alineada a la derecha de las 10,4" de la pantalla táctil que preside la consola central. Son media docena de pulsadores cuyas funciones quedan perfectamente explicitadas con la simbología empleada.
Queremos destacar dos de ellas por el mayor uso que el conductor hará de sus funciones. Nos referimos a la tecla ECO y la que se encuentra justamente a su izquierda, el "Hill Holder", cuyos cometidos explicamos en la Prueba Premium de nuestro protagonista.
Continuando con nuestro recorrido por los distintos mandos que permiten el control del iJAC nos "topamos" con el módulo que da soporte al selector de marcha y al mando del freno de estacionamiento (de accionamiento electrónico).
El entrecomillado se justifica porque precisamente las dimensiones de esta consola permiten que conductor y acompañante central no se "topen" entre sí, detalle que queremos poner en valor porque supone más seguridad en la conducción para el primero y más espacio físico para el segundo.
Hemos visto el aspecto casi minimalista que ofrece el tramo más adelantado de la base que alberga el mando del "freno de mano" y el selector de marcha, pero ésta (la base) se extiende hasta la pared trasera de la cabina para dar cobijo a dos entradas USB de carga, un porta-botellas y un par de prácticos huecos.
Para "replicar" nuestro móvil en la pantalla central y hacer uso de algunas de sus funcionalidades disponemos de una entrada USB situada junto a la toma del mechero, bajo la propia tablet.
En este recorrido interior por el iJAC llegamos al volante multifunción. Como se puede apreciar en la imagen su naturaleza es plástica, pero el aspecto que muestra este material no desmerece del resto de la cabina.
De sus cuatro radios se emplean los dos superiores para incorporar (como ya adelantamos en la Prueba Premium) la "ruedecilla" para el manejo del control de velocidad en el izquierdo, mientras que las funciones asumidas por el derecho competen a la radio y el teléfono.
Tras el volante descubrimos un cuadro de instrumentos de corte clásico. Potenciómetro y velocímetro quedan representados por dos grandes esferas que informan con claridad de sus respectivos cometidos.
En medio un display monocolor hace visible algunos datos interesantes del pequeño ordenador de a bordo. Los que quedan por fuera de las líneas horizontales son fijos, los comprendidos entre ellas se pueden cambiar. La navegación por el acortado menú que ofrece está encomendada al botón que se encuentra en el propio cuadro.
Nos bajamos de la cabina para comprobar que parte de la responsabilidad de la buena estabilidad mostrada por el camión, a pesar de su reducida batalla, está en la acertada ubicación de las baterías.
JAC ha instalado cuatro paquetes de ellas en el iJAC, dos a cada lado y justo en medio de ambos ejes, consiguiendo un reparto de pesos que facilita el trabajo del control de estabilidad (ESP).
El iJAC admite un buen número de carrocerías, siendo un frigo la proporcionada por la marca para nuestra prueba.
La combinación del chasis de batalla corta con esta caja refrigerada nos ha parecido una propuesta muy competitiva, puesto que proporciona una notable capacidad de carga (tanto en volumen como en peso) en muy poca longitud. Los dos focos que iluminan este compartimento emplean tecnología LED.
Se despide de esta manera nuestro protagonista con la genuina reverencia oriental (cabina abatida), tan característica de la cultura china, para recordarnos su origen, porque su destino yo creo que ha quedado suficientemente claro después de darse a conocer.
Así es el iJAC 7.5 en las distancias cortas y para la corta distancia para la que está diseñado. Sospechamos que por sus características y planteamiento de la marca en nuestro país, cada día que pase será más frecuente descubrir un JAC en las calles de las grandes ciudades. No hará falta "buscar un JAC", él nos encontrará.
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