La red de carreteras está en el peor momento de su historia reciente, con un 52% de la infraestructura viaria en situación grave, según el último informe de AEC (Asociación Española de Carreteras). Y eso tiene consecuencias, en general para todos los conductores y también para los de vehículos pesados, que tardan un 12,5% más de tiempo en recorrer sus rutas. Otros de los efectos que muestra el informe son un aumento del 12% en combustible, más visitas al taller y, lo más importante, más accidentes.
En concreto, 33.966 kilómetros que precisan reconstrucción de carácter urgente, según AEC, que indica que hay que acometer actuaciones en un plazo inferior a un año debido a que registran alteraciones muy serias, tanto estructurales (baches y piel de cocodrilo), como superficiales (grietas longitudinales y transversales, y descarnaduras). Asimismo, esta asociación que conforman diferentes empresas y patronales han contabilizado otros 20.407 kilómetros más en los que es necesario actuar en un plazo máximo de cuatro años, habiéndose identificado en ellos daños calificados como “graves”.
La investigación de la AEC concluye, por tanto, que en un cuatrienio, a lo sumo, sería necesario intervenir en más de la mitad de las carreteras españolas (54.373 kilómetros de un total de 101.700), cuyos firmes se encuentran en la peor situación detectada desde finales de la década de los 80, principios de los 90, cuando se llevó a cabo el último gran Plan General de Carreteras de nuestra historia reciente.
Consecuencias
AEC avisa de que el deterioro de red viaria puede representar la paralización del proceso de transformación de las carreteras en infraestructuras verdes, seguras y conectadas: "La descarbonización del transporte, la reducción a la mitad del número de fallecidos por accidente de tráfico en 2030, la mejora de la resiliencia de las infraestructuras frente al cambio climático, la repoblación de la España vacía o la introducción de movilidades automatizadas al ritmo exigido por los compromisos europeos pueden verse seriamente amenazadas si no se actúa de inmediato para revertir la situación".
Además, circular por una carretera en mal estado incrementa hasta un 12% el consumo de combustible. En los dos meses del verano de este año, según el informe, el deterioro de las carreteras se traducirá en un sobregasto superior a los 270 millones de euros en combustible.
Además, un pavimento deteriorado obliga a reducir la velocidad de circulación una media del 10%, lo que, en el caso de los camiones, supone un 12,5% más de tiempo para realizar el mismo recorrido, un 25% más en el caso de los autobuses y un 20% más los vehículos ligeros. AEC advierte de que esto puede aumentar el precio de la mercancías que se transporta por carretera hasta en un 10%.