Siempre es posible presentar la situación de forma más optimista, pero no es el caso. La situación actual del transporte por carretera en Europa es la que es, hay más demanda que oferta de camiones. El verdadero problema es la disponibilidad a nivel internacional.

Podemos tratar de encontrar las razones del desequilibrio entre la oferta y la demanda, desde la falta de nuevos conductores, la falta de nuevos camiones por problemas en el suministro, la guerra en Ucrania o la lenta pero constante incertidumbre del sector. La suma de todos estos resultados significa que el número de camiones disponibles es claramente inferior a la demanda de cargas.

La preocupación entre los cargadores es más que evidente. En cierto modo es paradójica, ya que uno de los grupos que más ha "contribuido" a la incertidumbre del sector es precisamente el de los cargadores. No todos, pero algunos sectores son conocidos desde hace años por convocar concursos de transporte con requisitos totalmente "injustos" y con precios que no han cambiado desde hace décadas. Esto hace que el transportista pequeño no tenga casi ninguna posibilidad de mantenerse en pie.

La situación es tan grave que algunas asociaciones de transportistas se han quejado de que algunos cargadores han solicitado una rebaja en los precios del servicio, un ejemplo es el descuento de 0,20 euros aplicado por el Gobierno español entre el 1 de abril y el 30 de junio de 2022.

De ahí ha surgido un sector cansado y asfixiado económicamente, que ha decidido no renovar su flota actual, o reducir su tamaño para ofrecer servicios sólo a quienes pagan los mejores servicios.

Habrá épocas de disponibilidad limitada de camiones, podemos tomar como ejemplo lo ocurrido con el transporte marítimo, cuando las navieras redujeron drásticamente su capacidad de carga en 2020 y aumentaron masivamente sus precios. Es muy posible que ocurra lo mismo en el transporte por carretera debido a la poca disponibilidad.