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| Batería versus hidrógeno: el mundo al revés de la electromovilidad | -

¿Tiene más sentido recorrer 3.000 km con un tráiler "eléctrico” haciendo internacional o 1.000 km con un “dos ejes” de 7,5 t alimentado por hidrógeno?

Hidrógeno y baterías, ¿matrimonio o divorcio?
Hidrógeno y baterías, ¿matrimonio o divorcio?

Ya ha ocurrido. Un Volvo FH eléctrico ha completado 3.000 km desde "Suiza hasta Suiza" pasando por Valencia, para regresar con su semi repleto de naranjas (20 toneladas narran las crónicas del lugar). Por su parte, el Tevva 7.5t Hydrogen Electric, un camión de dos ejes destinado, sobre el papel, al reparto más urbano, ha conseguido estirar su autonomía por encima de los 500 km, completando un recorrido en carreteras británicas de 1.000 km con temperaturas negativas (bajo cero).

Como bien es sabido, actualmente los camiones eléctricos con batería están concebidos para las distancias cortas, pues su autonomía no les da para completar mucho más de 300 km a plena carga en el mejor de los casos, y están bastante condicionados por las inclemencias meteorológicas, especialmente las bajas temperaturas, de manera que los más pequeños (pequeños) son los más aptos para implementar esta tecnología.

Por otro lado el hidrógeno se postula como solución de futuro para los vehículos más pesados, puesto que con el aumento de presión de los tanques en los que se almacena (pasar de 350 a 700 bares) se consigue casi duplicar su autonomía, y eso en este momento ya son palabras mayores.

Los principales fabricantes coinciden en que ambas tecnologías irán de la mano durante los próximos años hasta que la descarbonización del transporte se complete. Un servidor no tiene tan claro que estas dos soluciones acaben en un matrimonio tan longevo bien avenido como lo ha sido la gasolina y el diésel durante casi un siglo. La constante evolución de ambas opciones, y la falta de infraestructuras de ambas propuestas, puede desequilibrar la balanza en el momento en que una de ellas “se atasque” o “experimente un salto tecnológico”.

Hablaba del mundo al revés porque ha sido la empresa suiza de transportes Krummen Kerzers la que ha osado completar los 1.500 km que separan su sede del municipio valenciano de Canals, para cargar el semirremolque de su FH eléctrico de naranjas y regresar a su punto de origen tras completar otros 1.500 km.

Sin prisa y con pausas completó este FH los 3.000 km de la ruta.
Sin prisa y con pausas completó este FH los 3.000 km de la ruta.

El viaje ha tenido una duración de una semana, tras una concienzuda planificación previa que incluía una veintena de paradas (la recarga de las baterías han marcado la “hoja de ruta”). El conductor del camión puso de manifiesto la influencia de otros vehículos en los tiempos de recarga cuando ésta se producía simultáneamente, llegando en algunos casos a necesitar hasta tres horas en lugar de una para "cargar las pilas" (habitualmente trataba de hacer coincidir este tiempo con la pausa "de tacógrafo").

Parece claro que a día de hoy, la electromovilidad no es operativa para el transporte pesado de larga distancia, más allá de iniciativas como la que esta empresa suiza ha protagonizado con su FH Eléctrico, a pesar de ser uno de los modelos más evolucionados del panorama actual en su segmento.

Tevva por su parte dispone de un modelo semejante al mencionado en el inicio, pero alimentado exclusivamente con un paquete de baterías con una capacidad de 105 kWh que homologa 180 km de autonomía y ofrece una carga útil próxima a las tres toneladas.

Nuestro protagonista, el 7.5t Hydrogen Electric se desmarca con un rango de 435 km. Es el resultado de añadir un tanque que admite nueve kilos de hidrógeno a una batería de capacidad similar a la del eléctrico “puro”. Con un equipo formado por cuatro integrantes la marca de “la ciudad de la City” consiguió completar casi 560 km “del tirón”, sin visitar electrolinera ni hidrogenera alguna.

Durante la prueba el "mercurio" se escondió hasta los -10º C.
Durante la prueba el "mercurio" se escondió hasta los -10º C.

Estos números tienen aún más valor si los encuadramos en las condiciones de bajas temperaturas en las que se desarrolló la prueba aunque, por otro lado, tampoco tenemos constancia ni las velocidades medias desarrolladas, ni de los patrones de conducción aplicados.

En definitiva cada “mochuelo a su olivo”, o lo que es lo mismo de momento, el hidrógeno pendiente de demostrar su viabilidad en el largo recorrido (a ver esas infraestructuras cómo llegan), y los vehículos eléctricos alimentados por baterías a consolidarse en las ciudades y en la corta distancia aprovechando la evolución de esta tecnología y sobre todo el respaldo sin cuartel de la legislación vigente.

Nota* Intuyo que la “conducción en equipo” (terminología de tacógrafo) queda bastante alejada de los camiones eléctricos de batería que se dediquen en la actualidad a la larga distancia. Por otro lado la tecnología basada en el hidrógeno va a tener en estos inicios poco encaje en los vehículos de menor tonelaje, pero quién sabe si quizá un salto en el desarrollo de cualquiera de ellas (o tropiezo) o sobre todo la legislación de turno conseguirán que veamos el mundo al revés.

Sobre el autor

Desde el arcén se ve el mundo de otra manera. Desde el arcén podemos observar cómo los vehículos pasan a toda velocidad, como la vida, sin detenerse, salvo contratiempo. Una enfermedad, una epidemia, una quiebra, un despido, una crisis, un temporal o incluso una muerte son las averías más frecuentes que nos apartan a la cuneta como lo haría el reventón de un neumático. Pero el arcén nos ampara. Ahí está, para ser usado en caso de necesidad tomando, por supuesto, las correspondientes medidas de seguridad. Todo el mundo debería, en alguna ocasión, aprovechar este recurso (mejor por decisión propia que por obligación) para hacer una pausa antes de completar su viaje. 

Silvio Pinto, redactor jefe técnico de Ruta del Transporte

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