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| ¿El camión de la Pantera Rosa? | -

No hay constancia de ello, ni siquiera de que el famoso felino ejerciera de camioner@, pero este Steinwinter Supercargo 2040 Cab-Under le hubiera encajado como anillo al dedo.

La tractora que pudo revolucionar el mundo del transporte.
La tractora que pudo revolucionar el transporte. Foto: Imgur

Más de uno recordará el caminar entre desgarbado y “británico” de aquel dibujo animado de los años 60, que llegó a valer su peso en quilates (no obstante debe su nombre a un diamante “cinematográfico”), y algunos más no habrán olvidado su singular y alargado coche rosado.

Las similitudes o coincidencias entre éste y el camión que nos ocupa son más que notables. El Steinwinter Supercargo 2040 Cab-Under era una tractora de 6,5 m de longitud; el turismo rondaba los 7 metros. Su altura era similar, poco más de un metro, 1,17 m exactamente en el caso del camión, que eso sí, se llevaba la cota de anchura con el estándar del sector (en el entorno de los 2,5 m) frente al 1,80 del turismo.

En ambos el puesto de conducción se situaba especialmente bajo y por delante del eje delantero, de manera que el conductor quedaba suspendido en sus largos voladizos delanteros, y con una posición nuevamente similar, tan próxima a la clásica de un modelo deportivo como alejada de la de un camión tradicional.

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Sendos motores V8 animaban a ambos vehículos. En el caso del Supercargo 2040 era el OM442 de 400 cv de potencia y 2100 Nm de par, asociado a un cambio manual de dieciséis velocidades, un clásico de la época. El Oldsmobile Toronado de primera generación, sobre el que está basado el coche rosa, estaba impulsado por ocho cilindros alimentados por gasolina pero con la mitad de tamaño que los del todopoderoso diésel de los años 80 (siete litros de cilindrada frente a casi 15).

El turismo, en origen, destacaba por superar los 200 km/h de velocidad punta; por su parte el camión brillaba por su suspensión neumática integral, ABS y diferencial de deslizamiento limitado, casi nada para la época. Estamos hablando de 1983, año en el que nuestr@ casi sesagenari@ amig@ (me refiero a la Pantera Rosa) era veinteañer@.

El Steinwinter incorporaba una cama y asientos Recaro de conductor y compañía, y climatizador, mientras que el Toronado ofrecía un extenso piso tapizado en terciopelo rosa y una completa vitrina con bar como “solución reguladora de la temperatura” de sus usuarios.

Mejor maniobrabilidad y mayor volumen de carga las bazas del 2040. Foto: Imgur.
Mejor maniobrabilidad y mayor volumen de carga las bazas del 2040. Foto: Imgur.

El Steinwinter Supercargo 2040 no pasó de ser un prototipo, pero no ha sido el único “Cab-Under” (“cabina por debajo”) que ha dado a conocer el mundo del transporte, aunque sí que fue sin duda un adelantado a su tiempo. Su configuración permitía un volumen de carga de 150 m3 y distintas posibilidades en cuanto a número de ejes.

Cuentan las crónicas que fue el sindicalismo norteamericano el más crítico con este camión, achacándole gran tendencia al subviraje y falta de fiabilidad por problemas de calentamiento del motor (su ubicación le impedía recibir directamente el flujo del aire en marcha), no pudiendo garantizar el millón de millas exigido por la normativa.

A las puertas del año 23 del siglo XXI, y ante el empuje creciente de los camiones de propulsión eléctrica, no parece descabellado pensar que el concepto “Cab-Under” goce de una segunda oportunidad (de hecho ya conocemos algunas propuestas en esta dirección), aunque eso sí, probablemente ya no será necesario el concurso de la Pantera Rosa, pues el desarrollo de la conducción autónoma tomará su relevo, de momento, en recintos cerrados al tráfico.

Sobre el autor

Desde el arcén se ve el mundo de otra manera. Desde el arcén podemos observar cómo los vehículos pasan a toda velocidad, como la vida, sin detenerse, salvo contratiempo. Una enfermedad, una epidemia, una quiebra, un despido, una crisis, un temporal o incluso una muerte son las averías más frecuentes que nos apartan a la cuneta como lo haría el reventón de un neumático. Pero el arcén nos ampara. Ahí está, para ser usado en caso de necesidad tomando, por supuesto, las correspondientes medidas de seguridad. Todo el mundo debería, en alguna ocasión, aprovechar este recurso (mejor por decisión propia que por obligación) para hacer una pausa antes de completar su viaje. 

Silvio Pinto, redactor jefe técnico de Ruta del Transporte

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