Los camiones eléctricos de batería compensarán su mayor costo inicial con menores gastos operativos en comparación a los de gasóleo. Será a partir de 2030, y resultarán la vía de descarbonización de menor costo para la mayoría de las clases de camiones. Esta es la principal conclusión del Consejo Internacional de Transporte Limpio (ICCT), que ha publicado un análisis con la comparativa del coste operativo de siete modelos diferentes de propulsión en seis tipos de transporte de mercancías.

En la comparativa, el camión eléctrico de batería aparece como más barato por kilómetro recorrido en cualquier forma de transporte (larga, media o corta distancia), mientras que el gasóleo es la segunda opción, salvo para el transporte urbano de mercancías, donde saldría más rentable un vehículo eléctrico de pila de combustible. 

Llama la atención que los combustibles alternativos con bajo contenido, que ahora muchos defienden como la manera más rápida de descarbonizar el transporte, se quedan rezagados en su desempeño económico frente a las opciones eléctricas. Estos combustibles son los aceites vegetales hidrotratados (HVO), el gasóleo electrónico y el gas natural biocomprimido (bio-GNC). Según este análisis, para 2030, se prevé que su coste total de propiedad sea entre un 15% y un 45% más alto que el de sus homólogos de cero emisiones. 

Tampoco sale bien parado el hidrógeno. Según el ICCT, es posible que los camiones que emplean motores de combustión interna de hidrógeno no igualen el rendimiento económico de sus homólogos de gasóleo o de cero emisiones, aunque a largo plazo se espera que registren un mejor TCO que los camiones convencionales propulsados por e-diesel y bio-GNC.