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Sucesos

El camionero acusado de atropellar mortalmente a otros tres en la A-62 asegura que no se veía nada

La Guardia Civil ratifica que el siniestro fue evitable y que el conductor que se llevó por delante a los fallecidos circulaba en ese momento con manifiesta desatención.

Publicado: 29/09/2025 ·18:38
Actualizado: 29/09/2025 · 18:38
  • El camionero acusado, de espaldas, entre los abogados defensores. -

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"No les vi, no les vi, no les vi", es la reiterativa declaración de este lunes del camionero Marco Antonio al recordar el instante en el que atropelló mortalmente a otros tres compañeros de profesión en la A-62, a la altura de Tordesillas (Valladolid), en enero de 2021, según relata Europa Press. Las víctimas trataban de sofocar el fuego en uno de los camiones con el uso de un extintor.

El juicio en la Audiencia de Valladolid ha dado comienzo con la declaración del encausado, quien se enfrenta inicialmente a una condena de cinco años de cárcel por tres delitos de homicidio por imprudencia y al pago de indemnizaciones por importe global de casi un millón de euros destinadas a las familias de los tres transportistas fallecidos, algunos de cuyos familiares han comparecido igualmente en la primera jornada del juicio.

El acusado, en una declaración recogida por Europa Press, ha explicado que el día de autos, sobre las 07.34 horas del 18 de enero de 2021, circulaba por la A-62 con su camión hacia Salamanca cuando aflojó la marcha para tomar una distancia de seguridad, de unos cien metros, respecto de otro vehículo pesado que le precedía. Se percató de que ese camión se desplazó entonces hacia uno de los carriles de la izquierda pero él siguió recto y de repente se encontró ante sí con una "nube de polvo" procedente de un extintor, sin que, por tal motivo, llegara a tener tiempo de esquivar un camión que había estacionado de urgencia en el arcén de la parte derecha porque se estaba quemando.

Marco Antonio paró rápidamente y entonces fue cuando, según sostiene, vio unas luces rojas que creyó que eran las intermitencias del camión con el que había impactado pero luego comprobó que las mismas procedían de un fuego. "¡Hostias, se trataba de llamas!", ha apuntado el acusado, quien se apeó de inmediato con un extintor y al acercarse se encontró con los cadáveres de los tres compañeros a los que se había llevado por delante.

En una de las pruebas periciales, efectivos de la Guardia Civil han confirmado que el accidente fue evitable. De hecho, sostienen que Marco Antonio se percató del obstáculo a tan solo unos 22 metros del mismo y que no fue hasta el último instante cuando efectuó una maniobra evasiva de simple giro del volante hacia el lado izquierdo, lo que, a su juicio, denota una "desatención o distracción en la conducción".

El informe establece que el camión siniestrado podría haber sido percibido como mínimo a una distancia de 89 metros y con una maniobra evasiva de cambio de carril o con una frenada moderada o severa de emergencia se habría evitado el trágico desenlace.

Sin embargo, Marco Antonio asegura que no había visto ni el incendio ni las luces de cruce y de emergencia de los tres camiones que se encontraban detenidos en el arcén. El autor del triple atropello mortal también ha negado que en el momento del siniestro fuera manipulando su teléfono móvil, algo que ha corroborado a posteriori un guardia civil a quien se encomendó en su día el volcado de toda la información del celular y que ha certificado que no constan ni llamadas ni mensajes en el instante del golpe.

Testigos

Durante la primera jornada también han testificado numerosos usuarios de la vía que se encontraron aquel día con el tráfico suceso, algunos de los cuales recuerdan que la visibilidad no era mala y otros, en cambio, señalan que había una "noche cerrada", que la visibilidad "no era la óptima" y que el conductor del camión incendiado no había colocado los triángulos en la vía, aseveración esta última realizada por dos varones que compartían vehículo rumbo a Gijón y por otro conductor que se desplazaba dirección Salamanca.

En el primero de los 'bandos' de quienes mantienen que la visibilidad no era mala y que las llamas del camión siniestrado se veían a mucha distancia figuran, entre otros, una joven que iba hacia Medina de Rioseco y que no paró por consejo de su padre, con quien iba hablando por teléfono con el sistema de manos libres, así como otro usuario que se dirigía a Salamanca y que en un principio vio luces a casi un kilómetro de distancia y creyó encontrarse ante un control de tráfico.

Este último, José Luis V.M, ha explicado que disminuyó la velocidad y al llegar al punto de las luces pensó que se trataba de un impacto entre varios camiones, que se hallaban estacionados en el arcén, y que sus conductores estaban rellenando papeles. Se pasó al carril izquierdo en un intento por esquivar restos que había en la calzada y fue entonces cuando se llevó un buen susto. "Me pareció ver un cuerpo desfigurado o no sé si era un resto de material. A día de hoy no tengo total seguridad de lo que vi", ha confesado el automovilista.

La versión de la buena visibilidad ha sido también sostenida por uno de los bomberos que se desplazó al lugar del siniestro, inicialmente a partir de una aviso en el que tan sólo se hacía referencia a un incendio y a dos camiones implicados, así como un agente de la Guardia Civil que en los primeros instantes tuvo que regular el tráfico y que, como así ha ratificado, "se veía bien y ni el humo del incendio restaba visibilidad".

En el caso del bombero, José Luis J. asegura que se encontró con un panorama desolador y recuerda que el citado agente de la Benemérita se hallaba desviando el tráfico para evitar que otros vehículos pasaran por encima de los restos de los tres camioneros fallecidos. "Los tres camiones estacionados en el arcén, el incendiado y los de los otros dos camioneros que acudieron en su ayuda, tenían puestas las luces de cruce y los warning", ha precisado el bombero, que también ha insistido en que "había noche cerrada pero no había niebla y no había condiciones adversas que dificultaran la visibilidad", si bien ha añadido que en el supuesto de que alguno de los fallecidos hubiera utilizado un extintor, la nube de polvo levantada sí podría haber "ocultado" a quien lo utilizara.

Otro de los testigos, el camionero Ángel B, ha relatado que tuvo que tirarse a los carriles de la izquierda al encontrarse con el accidente y que se encontró con el cuerpo de uno los compañeros de profesión al que "faltaban extremidades", aunque no ha reconocido en el juicio que pasara con su vehículo pesado por encima de alguno de los camioneros ya fallecidos, pese a que en su inicial declaración ante la Benemérita llegó a apuntar dicho extremo.

 

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