En 2024 en España habrá al menos 400 camiones de pila de hidrógeno en funcionamiento y cuatro plantas de producción de este combustible en importantes ciudades para el transporte de mercancías por carretera: Madrid, Barcelona, Zaragoza y Valencia. Ese es el ambicioso objetivo de Hydrogenizing Barcelona, un plan al que se han sumado ya más de 60 empresas entre transportistas, operadores logísticos, distribuidores de hidrógeno y el fabricante de los camiones. 

Jeffrey Dost es el promotor de Hydrogenizing Barcelona, que describe como "un corredor del hidrógeno". Subraya la importancia de que se sumen a este proyecto las dos partes de la ecuación: "Por un lado la distribución, que se compromete a que esté disponible la infraestructura de hidrógeno. Y al mismo tiempo la parte consumidora que se compromete a utilizar ese hidrógeno". 

El problema que había hasta ahora para impulsar esta alternativa sostenible era que "una parte estaba esperando a la otra", explica Dost. Es decir, que los transportistas estaban esperando a que hubiera soluciones disponibles y los distribuidores a que los transportistas demostraran interés. "Estábamos ante un circulo cerrado, un pez que se muerde la cola. Nosotros hemos comprobado que los transportistas tienen un interés real en realizar estos cambios en sus flotas e incorporar soluciones sostenibles".

Dost es consciente que esa voluntad del sector del transporte se tiene que conjugar con una viabilidad económica porque "tienen que pagar las facturas a final de mes y las tarifas por las que operan son las que son, así que cualquier solución tiene que encajar en el contexto económico actual". Ante eso "la idea y la complejidad de Hydrogenizing es juntar a todos los actores en una misma mesa para que expresen libremente sus necesidades", relata el promotor del proyecto por teléfono.

Autonomía como un camión de gasóleo

Jeffrey Dost tiene claro que "el futuro es eléctrico": "Hablamos de camiones de pila de hidrógeno, pero son básicamente vehículos eléctricos donde la corriente no es facilitada por un paquete de baterías sino por una pila da combustión de hidrógeno", aclara. Sin embargo, reconoce que las empresas de transporte todavía se encuentran con trabas para hacer esa transición energética. Además de la ya mencionada viabilidad económica está la autonomía del camión, el tiempo que tarda en cargar o la tara adicional del vehículo.

Él tiene claro que la solución más factible es el hidrógeno. Así los compara con otros modelos eléctricos: "El problema de los camiones de batería de litio es que para tener una autonomía relevante necesitan un paquete de baterías considerable, eso les añade mucha tara y les quita capacidad de carga. Además el tiempo de carga es mucho más elevado que en un camión de gasóleo. Con un camión de hidrógeno la recarga es igual de rápida que con uno de gasóleo y construir una red de hidrógeno es mucho más fácil que construir una eléctrica", argumenta. También se compromete a que los camiones que se operen en este proyecto tengan una autonomía de, como mínimo, 500 kilómetros.

Prueba en el Puerto de Barcelona

Para sumar a más empresas a su causa, Hydrogenizing Barcelona realizó en en junio una presentación virtual a unos 70 transportistas. Además, el pasado 7 de julio realizaron una prueba práctica en el Puerto de Barcelona, donde los asistentes pudieron conducir por ellos mismos un camión de pila de hidrógeno del fabricante Hyzon, socio de este proyecto. De momento ha sido un camión, pero si el plan sale como Jeffrey Dost desea, en dos años habrá 400 como ese recorriendo las carreteras españolas.