La Comisión Europea quiere controlar de una manera más rigurosa el avance hacia los objetivos de reducción de CO2 que se ha propuesto la propia Unión Europea. Por eso, ha publicado una iniciativa legislativa para obligar a los fabricantes de vehículos pesados a realizar pruebas en carretera para determinar sus emisiones y consumo de combustible.
Las compañías estarán obligadas a comunicar esta información a las autoridades nacionales competentes. Y los Estados miembros presentarán los datos a la Comisión. El texto publicado es todavía un borrador, y está abierto a enmiendas hasta el próximo 18 de marzo.
La iniciativa europea se enmarca dentro del Pacto Verde Europeo. En septiembre de 2020 la Comisión propuso elevar el objetivo de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030, incluidas las emisiones y absorciones, hasta al menos el 55% con respecto a 1990.