La justicia de Países Bajos ha condenado este jueves a un camionero murciano a 38 meses de prisión y a una prohibición de conducir de cinco años porque en agosto de 2022 el camión que conducía se salió de un dique y arrolló un evento vecinal en Países Bajos, lo que costó la vida a seis personas, incluida una embarazada de ocho meses. La agencia Efe ha recogido el fallo del tribunal de la ciudad portuaria de Róterdam, que ha dictado sentencia contra este conductor de 48 años por “provocar un accidente en el que murieron seis personas y un bebé no nacido. Las víctimas asistían el 27 de agosto de 2022 a una barbacoa vecinal, que contó con gran participación debido al fin de las restricciones de la pandemia.
El acusado, conductor de la empresa transportista española El Mosca, había salido de Murcia el 24 de agosto y, el día de la tragedia conducía por una ruta alternativa que lo llevaba por diques y caminos interiores, hasta que llegó a Nieuw-Beijerland, pueblo de Holanda del Sur muy cercano a Róterdam, y estuvo parado allí más de veinte segundos. La sentencia recoge como hechos probados que un testigo intentó hablarle para ayudarle, pero no obtuvo respuesta y vio que el acusado comenzó a sacudirse las manos. Luego, el camión se puso en marcha de nuevo. El conductor aceleró y bajó la duna directamente hacia un grupo grande de personas, dejando un rastro de destrucción. No pudo evitarlo ni corregir la situación porque estaba sufriendo una crisis epiléptica.
El abogado del conductor profesional condenado explicó durante el juicio que su cliente sufrió ese día un ataque epiléptico y no recordaba nada de lo sucedido. Un estado que encaja con la descripción de otros testigos de la tragedia. Uno de los presentes contó en el juicio que encontró al acusado "confundido" en la cabina tras el accidente, mientras que otro dijo que parecía "estar en otro mundo, congelado y con la mirada fija". Dos agentes vieron al acusado con "una mirada apática, haciendo movimientos lentos y espasmódicos con la cabeza".
Pero la sentencia descarta que la enfermedad sea un eximente, puesto que el conductor "sabía” desde que tenía 15 años que sufría epilepsia y que debía tomar medicación y sin embargo no tomó su fármaco de forma correcta y consumió cocaína días antes del accidente, según un análisis de sangre. "Aunque la cantidad detectada no era ilegal en sí misma, dadas sus condiciones médicas, tenía prohibido consumir esa droga", han determinado los jueces.
"Subestimó la gravedad de su enfermedad y los riesgos que asumió. Fue extremadamente imprudente, negligente y descuidado conducir un camión bajo esas condiciones. Sin embargo, no se ha probado que en ese momento estuviera conduciendo bajo influencia directa prohibida", ha concluido el tribunal.
Nunca debió tener carné
Por otro lado, la Corte ha asegurado que el acusado "no debería haber obtenido un carné tipo C+E", de camión y remolque, "ni por la normativa europea, ni la española, ni la neerlandesa", puesto que, tanto en España como en Países Bajos, sólo se le puede otorgar o renovar un carné si no ha tenido crisis epilépticas en diez años y si no necesita tratamiento, por lo que los medicamentos antiepilépticos están prohibidos en este caso.
"El acusado consiguió un permiso de conducción español con categoría C+E. Es posible que informara a las autoridades, pero no se registró oficialmente. Aún así, eso es responsabilidad suya. Conocía la ley, sabía que tenía epilepsia y que desde 2017 seguía teniendo ataques", le acusaron los jueces.
El propio conductor tomó la palabra a mediados de junio para dirigirse a los familiares de las víctimas. "Lo más importante para mí es expresar mi más profundo y sincero pésame. Sé que ninguna palabra mía puede aliviar su pérdida", aseguró, prometiendo no volver a conducir nunca un camión.