blog-ramon-valdivia-transporte-astic - copia Ramón Valdivia

| Caos en Centroeuropa | -

Damos la bienvenida a Ramón Valdivia, que estrena blog en Ruta del Transporte.

Caos en Centroeuropa
Caos en Centroeuropa

Quisiera comenzar deseando a todo el equipo de “Ruta de Transporte” muchos éxitos y triunfos profesionales en esta andadura que acaban de emprender coincidiendo con el inicio de la tercera década del siglo XXI. Profesionalidad les sobra y arrojo empresarial no les falta. También, por supuesto, inicio con un saludo para el sufrido lector de estas líneas que, con cierta frecuencia, serán mi colaboración en “Ruta de Transporte” tratando muchos aspectos, espero que interesantes, del sector de transporte por carretera desde una perspectiva personal que me otorga una ya larga experiencia en el mundo del camión.

Lamentablemente, no puedo evitar que esta primera tribuna esté teñida de indignación ante las condiciones que están tenido que soportar miles de conductores profesionales en las fronteras de Centroeuropa, a causa de las nuevas medidas impuestas por Alemania para evitar la propagación del virus causante de la Covid-19, que han sido seguidas por el Tirol (Austria) y la República Checa.

No caen en la cuenta de que es mucho más probable contagiarse haciendo cola durante horas con otros centenares de colegas de diversas procedencias que dejándole circular montado en la cabina de su camión sin detenerse camino del lugar de descarga

Uno esperaría que las lecciones del caos logístico y el maltrato humano a los conductores provocados por Francia la pasada Navidad en las carreteras británicas hubiesen servido para alertar al resto de gobiernos de la UE sobre qué puede suceder si se dejan de seguir las recomendaciones de la estrategia “Green Lanes” de la Comisión Europea. Recomendaciones vigentes desde marzo de 2020, reforzadas en octubre del mismo año y reiteradas y nuevamente reforzadas en fechas tan cercanas como el 25 de enero.

En el momento de escribir estas líneas y desde hace dos días, largas filas de conductores se agolpan sin la menor atención de las autoridades hacia su seguridad sanitaria o su dignidad personal, en puestos fronterizos como Brennero o Rozvadov, bajo la nieve y a varios grados bajo cero, esperando durante horas a que se les haga el correspondiente “test Covid” para poder seguir su ruta hacia Alemania.

Las imágenes y los testimonios desatan la indignación de cualquier persona… salvo, al parecer, de los gobernantes de esos países. No han debido tener bastante con lo que vimos en Kent desde el día 20 de diciembre. Parece que no caen en la cuenta de que es mucho más probable contagiarse haciendo cola durante horas con otros centenares de colegas de diversas procedencias que dejándole circular montado en la cabina de su camión sin detenerse camino del lugar de descarga.

Si este es el respeto que altísimos dirigentes de países europeos tienen por sus propios compromisos firmados (pocos días antes), cómo vamos a esperar que respeten siquiera lo que nos cuentan durante sus campañas electorales

Lo irracional de todo ello es aún más evidente cuando se constata que justamente el test negativo que se exige para entrar en Alemania a los que pasan por las zonas declaradas de riesgo alto, como por ejemplo el Tirol austriaco, está hecho antes de entrar en esa zona y, por lo tanto, nada detecta de lo que se haya podido sufrir a nivel epidemiológico en el Tirol o en Chequia, lugar donde apenas se tendría contacto con nadie si no se le obligase al conductor a pasar varias horas en la proximidad física con otros colegas durante horas mientras espera a que se le realice el correspondiente test.

El despropósito adquiere tintes de bochorno si se tiene en cuenta que, en fecha tan reciente como el 1 de febrero, los 27 jefes de Estado y de Gobierno que componen el Consejo Europeo adoptaron por unanimidad una resolución en la que, entre otras cosas, se afirma lo siguiente:

Cuando un Estado miembro exija que los trabajadores del transporte y los proveedores de servicios de transporte se sometan a una prueba de detección de la Covid-19, deben utilizarse pruebas rápidas de antígenos, y esto no debe dar lugar a perturbaciones del transporte. En caso de que se produzcan perturbaciones en la cadena de transporte o suministro, los Estados miembros deben suprimir o derogar inmediatamente tales requisitos de realización de pruebas sistemáticas con el fin de preservar el funcionamiento de los “corredores verdes”.

Cabe preguntarse que si este es el respeto que altísimos dirigentes de países europeos tienen por sus propios compromisos firmados (pocos días antes), cómo vamos a esperar que respeten siquiera lo que nos cuentan durante sus campañas electorales. Pero esa es “otra historia”.

 

Sobre el autor

Ramón Valdivia es vicepresidente ejecutivo de Astic, miembro del Comité Ejecutivo de Presidencia de la Unión Internacional de Transporte por Carretera (IRU) y vocal de la Junta de Gobierno de la CEOE. Ingeniero Industrial por la Universidad Politécnica de Madrid, fue director general de Iveco entre 2005 y 2011, además de otras responsabilidades profesionales.

Lo más

Cerrar

Inicia sesión con email

He olvidado mi contraseña