Los desvíos de buques portacontenedores hacia el Cabo de Buena Esperanza para sortear los ataques terroristas que se están produciendo en el Mar Rojo, están dando lugar a trayectos más largos y más costosos económica y medioambientalmente, recuerda este viernes ACE.
Los cargadores estamos sufriendo un incremento en el flete del contenedor de, entre 3.000 y 4.000 dólares, cuando se encontraba en torno a los 1.100 dólares. "Este incremento provocará, a su vez, un aumento en el precio de los productos y el regreso de una inflación desbocada, en unos momentos en los que, con el esfuerzo de toda la sociedad, estaba empezando a remitir", avisa la asociacíon.
La ruta por el cabo de Buena Esperanza añade 10.000 km y casi 10 días de navegación, aun cuando se realice a máxima velocidad. La llegada tardía de los buques hace que se esté gestando una nueva crisis de contenedores, que impactará negativamente en toda la cadena de suministro, provocando congestiones portuarias, retrasos, y posibles desabastecimientos.
Régimen de Comercio de Derechos de Emisión
ACE también recuerda que desde el 1 de enero las navieras se incorporan al Régimen de Comercio de Derechos de Emisión y, "puesto que las emisiones se incrementan exponencialmente a medida que se eleva la velocidad, veremos como aumentará todavía más el tiempo de tránsito".