En torno a 850.000 vehículos pesados utilizaron durante el año 2022 el buque para trasladarse desde puertos españoles a otros destinos europeos y próximos, según datos de la Asociación Española de Promoción del Transporte Marítimo de Corta Distancia. En el análisis del año pasado, esta asociación explica que por primera vez desde 2018, el tráfico de vehículos en régimen de mercancía aumentó en embarque y desembarque tanto en la fachada atlántica como en la mediterránea.

Por su parte, el transporte internacional marítimo ro-ro (excluyendo vehículos en régimen de mercancía) registró un incremento del 8%, manteniendo así el dinamismo que venía mostrando en los años anteriores. Así, en 2022 este segmento fue el que más creció en el transporte marítimo de corta distancia, y registró 27,8 millones de toneladas (Mt) transportadas. Por fachadas, el dato fue dispar: la mediterránea creció un 9,5%, y la atlántica tuvo una caída del 1,6%.

La oferta del transporte marítimo de mercancías de corta distancia alternativo a la carretera en 2022, mostró que la capacidad anual ofertada cayó un 0,8% respecto a 2021, aunque con comportamientos
diferentes según fachada: en la fachada atlántica ha aumentado un 13,4%, mientras que en la fachada Mediterránea ha disminuido un 5,9%.

Estabilidad en conjunto

La demanda de transporte marítimo de corta distancia global (que incluye cabotaje y graneles) muestra una cierta estabilidad, con una ligera caída del 0,4%. Este descenso se debe a la caída en el tráfico exterior. De hecho, el tráfico de cabotaje ha crecido un 12,7% (unos seis millones de toneladas) mientras que el tráfico exterior ha decrecido un 3,5% (unos siete 7 millones de toneladas).