La Comisión Europea ha elevado la cantidad de dinero que una empresa de transporte puede recibir del Gobierno de su país sin un permiso especial del Ejecutivo comunitario. Esta cuantía se conoce como importe de minimis y limita la ayuda que una gran empresa flotista puede recibir si, por ejemplo, se dan ayudas por vehículos. Hasta ahora, este límite estaba fijado en los 200.000 euros, ahora la Comisión Europea lo eleva hasta los 300.000. Era una reivindicación de las grandes empresas que veían como sus ayudas eran proporcionalmente menores a las de pymes o autónomos transportistas. 

Esta nueva cantidad de minimis se aplica a toda la economía, por lo que en el sector del transporte por carretera, si los Estados miembros liberan los fondos, cualquier operador podrá acceder hasta estos 300.000 euros. Para IRU, la organización internacional del transporte por carretera, "la revisión pone fin a una discriminación específica contra las empresas que se dedican al transporte de mercancías por carretera. Durante más de 30 años, el importe máximo de la ayuda de minimis concedida a un único operador de transporte de mercancías se limitó a la mitad del importe fijado para otros tipos de empresas. Además, las normas anteriores excluían la utilización de ayudas de minimis para la renovación de la flota".

El triple que antes

Raluca Marian, directora de IRU para los asuntos de la UE, se ha felicitado por esta decisión de Bruselas: "Los operadores de transporte ahora pueden confiar en un marco jurídico justo de la UE cuando se trata de pequeñas cantidades de ayuda, que les permitirá recibir apoyo de los Estados miembros del mismo modo que cualquier otra empresa. Para una empresa de transporte, esto significa el triple de lo que antes era posible".

"El operador medio de transporte por carretera es una pequeña empresa con márgenes muy reducidos. Pero las inversiones necesarias para la transición verde son grandes. Las empresas de la UE se enfrentan a importantes necesidades de inversión en vehículos de cero emisiones, que cuestan entre dos y tres veces más que los vehículos de gasóleo. Si bien la revisión no libera automáticamente los fondos necesarios, crea el marco para que los Estados miembros actúen sin restricciones por debajo de los nuevos umbrales y abran nuevas vías de descarbonización para la industria" ha concluído Raluca Marian.