En España, solo un 4,26% de las personas que tiene un carné de conducir C, es mujer. Esto son 59.256 mujeres frente a 1.331.405 hombres con el permiso de conducir un camión de más de 7,5 toneladas, según los datos de la DGT. Este porcentaje disminuye todavía más si se tienen en cuenta las personas con carné C+E (camión más remolque): solo un 2,8% son mujeres, es decir, 23.559 conductoras frente a 815.436 conductores.

Una brecha de género que está muy lejos de cerrarse, pero que mejora lentamente con el paso del tiempo. En 2022 -el último año del que la DGT tiene datos- el 9,6% de las personas que aprobaron la licencia C fueron mujeres, lo que supone doblar el porcentaje de mujeres que tienen el carné en la actualidad (ese 4,26%). 

En el intervalo de los siete últimos años (de 2016 a 2022), la cuota de mujeres que han obtenido el permiso de camión ha crecido más de dos puntos porcentuales. En 2016 supuso el 7,3% y en 2022 ese 9,6%. Aunque esta evolución no ha sido lineal: así, en 2018 las mujeres fueron el 9% de las nuevas licencias y en 2020 este porcentaje volvió a caer al 8%.

Necesidad económica

Tampoco hay nada que indique que en los próximos años se vaya a cerrar esta brecha en un sector muy masculinizado, pero las empresas transportistas ven en la incorporación de la mujer al sector una de las soluciones a la escasez de conductores que sufren todos los países occidentales. A las puertas del Día Internacional de la Mujer, la patronal de transporte internacional Astic demanda políticas públicas que incentiven la incorporación de las mujeres.

"No solo se trata de una cuestión de igualdad de género, sino también de una necesidad económica y social, nuclear para garantizar la sostenibilidad de un sector que constituye el eje vertebrador de la actividad económica de nuestro país al posibilitar que las cadenas de suministro no se detengan. Necesitamos que a la iniciativa privada se le sume la colaboración de los gobiernos", destaca  Ramón Valdivia, vicepresidente Ejecutivo de Astic.