La Asociación Nacional de Industrias de la Carne de España (Anice) ha criticado por "falta de base científica y rigor técnico" el Reglamento sobre la protección de los animales en el transporte, que ahora está en tramitacíon. Se suma así a las críticas de los transportistas, expresadas por patronales como CETM Animales Vivos y ANTA. Junto con otras organizaciones de la cadena ganadero-cárnica española, Anice ha aportado una serie de propuestas para enmendar el proyecto de Reglamento a su paso por el Parlamento Europeo.
Anice asegura que "en su redacción actual, el Reglamento supondría para la producción ganadera española pérdidas del 17% en el caso de del vacuno y del 7% en el del porcino, con graves consecuencias para la cadena ganadero-cárnica. Entre otras, alteraciones en la cadena de suministro, escalada de los costes de producción y riesgos para el consumo interno y las exportaciones por el encarecimiento de la materia prima y del producto".
Con todo, Giuseppe Aloisio, director general de Anice, confía en que, durante su tramitación parlamentaria, la norma pueda cambiar: "Las nuevas mayorías del Parlamento Europeo han entendido que el entorno global actual exige ser más competitivos. Paralelamente ha sido la ocasión para articular una gran unidad de acción y colaboración con otras organizaciones de la cadena ganadero-cárnica. Factores, todos, que han contribuido para apelar a la sensibilidad de Bruselas (y Estrasburgo) para revertir un planteamiento de Reglamento que es absolutamente perjudicial para nuestras producciones y no es la mejor respuesta para afrontar las derivadas de las tensiones comerciales y arancelarias como consecuencia de las nuevas políticas proteccionistas de la administración americana. Una vez más, un planteamiento de Reglamento que ha obviado el rigor científico y el sentir de los sectores y que tal y como está redactado ni de lejos garantiza y eleva los estándares de Bienestar Animal de nuestros sectores.
Las enmiendas
Algunos de los aspectos en los que Anice ha incidido en sus enmiendas son:
- Distorsión del mercado interior europeo: Las restricciones de las horas de viaje y las condiciones de temperatura en el transporte animal dificultan el comercio dentro del Mercado Único, penalizando especialmente a países periféricos y de mayor dimensión territorial, como España.
- Dificultad de cumplimiento de los límites propuestos en tiempos y secuencias de transporte, por la dimensión del territorio español y las grandes distancias a cubrir.
- Impacto desproporcionado sobre España: Las exigencias dificultan tanto el transporte nacional como la entrada de animales desde países proveedores de animales vivos como Francia, Italia o Países Bajos, afectando a sectores estratégicos como el porcino y el vacuno.
- A esto se suman las restricciones por temperatura en el transporte de animales, cuyo impacto varía significativamente según la ubicación geográfica. España, Italia y Portugal son los países europeos más afectados por las altas temperaturas. En particular, España sobresale con 87 días al año en los que se superan los 30 °C, lo que obliga a realizar el transporte únicamente en horario nocturno. Además, se registran 36 días con temperaturas superiores a 35 °C, lo que impone un límite de 9 horas de transporte si se incluyen cerdos reproductores.