Cada día, miles de conductores profesionales recorren las carreteras de Europa en entornos cada vez más exigentes. Una encuesta reciente llevada a cabo por Geotab reveló que el 95% de los conductores europeos cree que la probabilidad de sufrir un accidente ha aumentado en los últimos cinco años y el 61% considera que este incremento ha sido significativo. Estas cifras reflejan una realidad crítica: la carretera se ha convertido en un espacio más complejo y con mayores riesgos para los profesionales del transporte y la movilidad.
En este contexto, la telemática ya no es un “extra”, es una necesidad. Al recoger datos casi en tiempo real sobre el comportamiento al volante —desde la velocidad hasta frenazos y aceleraciones bruscas—, la telemática permite a los gestores de flotas no solo corregir hábitos peligrosos, sino también anticiparse a posibles incidentes antes de que ocurran. Esta capacidad de actuar de forma preventiva está transformando el enfoque hacia la seguridad vial.
Los resultados lo demuestran. PepsiCo en Turquía, por ejemplo, ha registrado una reducción del 70% en colisiones desde que implementó la tecnología de Geotab. Y según nuestros propios datos, más de 3.500 accidentes de vehículos comerciales podrían haberse evitado en 2023 únicamente mediante el uso de la telemática. Más allá de la prevención, esta tecnología también facilita la respuesta ante incidentes: proporciona acceso instantáneo a datos precisos del vehículo y su ubicación en caso de emergencia, ayudando a proteger a los conductores cuando más importa. Además, en un sector donde el 50% de los conductores admite superar el límite de velocidad para cumplir con sus obligaciones laborales, estos sistemas ayudan a las empresas a equilibrar el rendimiento con la seguridad. No sorprende que el 69% de los conductores europeos apoye el uso de la tecnología para mejorar la seguridad vial, es una señal clara de que los profesionales exigen mejores herramientas para proteger su bienestar físico y mental.
Porque, en definitiva, la seguridad no trata solo de vehículos o infraestructuras, trata de personas. El estrés laboral es un riesgo invisible pero grave: el 91% de los conductores afirma que el estrés afecta negativamente a su conducción y el 70% cree que contribuye directamente a situaciones peligrosas en la carretera. También en este ámbito, la telemática puede marcar la diferencia. Al identificar cambios en el comportamiento y señales de estrés a través de los datos de conducción, las empresas pueden fomentar prácticas más seguras, ofrecer apoyo específico y promover una cultura de cuidado. Además, con datos objetivos, las evaluaciones de actividad dejan de basarse en suposiciones y se vuelven más precisas, lo que refuerza la confianza, mejora la comunicación interna y fortalece la relación entre empresa y empleado.
En un entorno de creciente tráfico, presión laboral y riesgos, poner los datos al servicio de la seguridad es tanto una obligación como una ventaja operativa. Las carreteras seguirán teniendo riesgos, pero la forma en que nos enfrentamos a ellos puede —y debe— evolucionar.