En el mundo del transporte se suele dar más valor en muchas ocasiones a "lo malo conocido que a lo bueno por conocer", y es que la máxima de: "los experimentos con gaseosa" se cumple en este sector con frecuencia, y con razón de ser también.

Los saltos tecnológicos "se miran desde la barrera" y con escepticismo, porque un paso en falso puede dar al traste con el propio negocio, y "no está el horno para bollos". La introducción de la electromovilidad en el transporte pesado es un ejemplo de ello.

En este contexto Volvo Trucks parte con clara ventaja: La tractora FH es sobradamente conocida (y la más vendida en nuestro país en los últimos años). Una parte importante de los elementos que se mantienen tras su electrificación también lo son, como por ejemplo la caja de cambios I-Shift que monta en las versiones diésel.

Es como si el fabricante sueco simplemente hubiera cambiado los seis cilindros del motor de combustión por tres máquinas eléctricas y los depósitos de combustible por unas enormes baterías. Como decía al inicio: "más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer", pero si además lo conocido es tan bueno ... poco más hay que añadir.