El Parlamento Europeo no está precisamente enamorado de los motores de combustión que mueven nuestros vehículos. No es de extrañar que en pleno Día de San Valentín los eurodiputados aprobaran, por 340 votos a favor y 279 en contra, una nueva regulación que pone fecha al R.I.P. a esta clase de vehículos: a partir de 2035, todos los turismos y furgonetas nuevos matriculados en Europa deberán ser cero emisiones. El apellido “cero emisiones” se refiere exclusivamente al vehículo, sin reparar en las emisiones que se producen para producir y distribuir la energía con la que se recargan.

El mecanismo aprobado prevé aplicar una serie de incentivos para los fabricantes que produzcan vehículos de cero o bajas emisiones (como los eléctricos e híbridos enchufables), en función de las expectativas de venta de estos automóviles. Durante este periodo, según las ventas, podrán continuar fabricando un 25% de vehículos de baja emisión y un 27% en el caso de las furgonetas. A partir de 2030, este acicate económico desaparecerá.

Tras la votación en pleno que tuvo lugar el pasado día 14, el siguiente paso es que el Consejo Europeo apruebe formalmente este texto y, por último, se publique en el Diario Oficial de la UE. En este periplo de votaciones y validaciones hay una fecha clave: 2026. Este año la Comisión Europea podría proponer, si así se requiriese, el uso de combustibles sintéticos y biocombustibles, los que conocemos como eco-combustibles, introduciendo una cláusula que no es otra cosa que la trampa que permitiría a la UE revisar sus propios objetivos.

Sorprende la confianza en sus propias capacidades predictivas que llegan a exhibir nuestros representantes europeos cuando miran al futuro y se envalentonan estableciendo fechas concretas; al menos en ese tipo de vehículos ya que para los camiones pesados no se han sentido tan seguros. Claro que en esto no son los únicos.

Otra entidad mucho más cercana, el Excmo. Ayuntamiento de Madrid, imitando a otras grandes ciudades europeas, también plasmó en su calendario de restricciones asociado a las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) el pasado 1 de enero como la fecha límite para que las furgonetas ligeras con etiqueta ambiental B no pudieran entrar en la denominada zona ‘Madrid 360’. Cuatro días antes de que esta norma, supuestamente bien meditada, consultada y fundamentada, entrase en vigor, Almeida y su equipo se plegaron a la fuerza de la realidad y anunciaron un aplazamiento de un año. Se ve que en esto que los modernos llaman “karma” hay más verdad de lo que parece y es que esta “ensoñación” se desvaneció el Día de los Inocentes (28 de diciembre de 2022). Sin duda, la jugada se repetirá y el Consistorio madrileño volverá al ataque. Esperamos que sean lo suficientemente serios como para reconocer que una cosa son las proclamas y los eslóganes y otra muy distinta tocar con los pies en el suelo.

También confiamos en que corrijan su calendario sobre esta nueva medida con plazo suficiente como para que las empresas que prestan esos servicios de abastecimiento a tantos y tantos hogares, locales, albergues, bares, hoteles y tiendas de todo tipo y condición que se encuentran en ‘Madrid 360’ puedan saber a qué atenerse y adoptar las medidas necesarias que les permitan seguir dando servicio a la ciudadanía y, por supuesto, cumplir con la normativa. Crucemos los dedos para que esta vez no tengan a las empresas y profesionales en vilo hasta el día de los Santos Inocentes de 2023.

Como ha sucedido en el Ayuntamiento de Madrid y en algún Ministerio de nuestro Ejecutivo, probablemente los parlamentarios europeos no han querido escuchar las voces de quienes sí han pensado en qué ocurrirá en los años previos a 2035: ¿Qué enorme distorsión de mercado estamos abocados a sufrir en la UE cuando las inversiones en vehículos empiecen a estar directamente afectadas por la prohibición de 2035?

Seguramente no habrá capacidad suficiente de suministro de vehículos cero emisiones, ni tampoco de los "tradicionales" diésel, gasolina o gas natural. ¿El despliegue de la red de recarga no tiene nada que ver en cómo se desarrolla la renovación de las flotas? Mucho me temo que los operadores decidirán mucho antes del 2035, a la vista de lo que está a punto de suceder, extender el uso de sus vehículos durante varios años más, con lo que se conseguiría justo lo contrario de lo que se pretende. Efectos indeseados puede que le llamen y nos dirán que nadie lo supo ver, que nadie avisó.