Hoy en día, las empresas se enfrentan al desafío de lograr que sus cadenas de suministro sean a la vez sostenibles y resilientes. A primera vista, estos objetivos parecen contradecirse. Sin embargo, con el enfoque correcto, pueden reforzarse mutuamente.
Por un lado, las exigencias regulatorias como el Pacto Verde Europeo (EU Green Deal) están aumentando la presión: en general, las emisiones en el sector del transporte deben reducirse en un 90% para 2050 en comparación con 1990, a pesar de que han aumentado más de un 25% desde entonces debido al incremento de los volúmenes de transporte en Europa. Un 70% de las emisiones son atribuibles al transporte por carretera. Al mismo tiempo, las empresas están fijando ambiciosos objetivos de sostenibilidad y esperan que sus proveedores de servicios también los implementen, algo que en parte se debe a la demanda de los consumidores finales.
La sostenibilidad y la resiliencia no son mutuamente excluyentes; al contrario: quienes planifican hoy de forma inteligente, utilizan tecnologías digitales y trabajan de forma sistemática basándose en datos, pueden combinar ambos objetivos con éxito
Por otro lado, la eficiencia en los costes y la seguridad del aprovisionamiento deben seguir garantizándose, a pesar de las interrupciones constantes y actuales en las cadenas de suministro causadas por incertidumbres geopolíticas como la guerra en Ucrania o el conflicto en Oriente Medio, las fluctuaciones en los aranceles aduaneros o el aumento de eventos climáticos extremos, que a menudo son provocados por el cambio climático.
Al planificar una cadena de suministro, los factores de resiliencia y sostenibilidad suelen entrar en conflicto. La redundancia apoya la resiliencia de una cadena de suministro, pero no la sostenibilidad. Por ejemplo, cuando los productos se envían desde Asia Oriental a Europa en paralelo por vía marítima y aérea por razones de seguridad. Por lo tanto, el objetivo para la industria logística es armonizar la eficiencia de costes, la estabilidad, la velocidad y la sostenibilidad.
Los datos como clave de la solución
¿Cómo se puede resolver este conflicto de intereses? La clave reside en la transformación digital y el uso inteligente de los datos. Las empresas deben establecer el rumbo digital correcto lo antes posible: mapear digitalmente los procesos; almacenar datos de forma estandarizada y mantenerlos con precisión; verificar dónde son adecuados los agentes de IA para obtener la mayor cantidad de información posible de los datos recopilados. A partir de ahí, los datos pueden utilizarse de manera inteligente para impulsar en paralelo los factores de sostenibilidad y resiliencia. Una cosa está clara: cuantos más datos relevantes entren en el sistema, mejor. Por esta razón, las soluciones de plataforma basadas en datos ofrecen ventajas significativas a los usuarios, ya que se utiliza no solo su propia información, sino también datos anonimizados de otros usuarios para entrenar y mejorar continuamente los modelos de IA.
De pequeñas optimizaciones a decisiones estratégicas
Incluso en el primer paso, se pueden lograr progresos medibles a través de la optimización basada en datos: evitar los viajes en vacío, acortar las rutas de transporte y minimizar los tiempos de espera para los conductores. Esto ahorra CO2 y reduce los costes. Según Eurostat, una quinta parte de todos los kilómetros recorridos por vehículos en el transporte de mercancías por carretera a nivel de la UE aún correspondía a vehículos vacíos en 2023 (21,8%). Al mismo tiempo, se pueden recopilar datos sobre el consumo de energía y combustible, las rutas, el factor de carga, los kilómetros en vacío y la carga útil real. Porque solo aquellos que saben dónde se producen las emisiones pueden reducirlas de manera efectiva. Estos datos también son valiosos para cumplir con las obligaciones de presentación de informes.
En un segundo paso, la visibilidad en tiempo real asistida por IA permite predecir desviaciones sencillas e incluso interrupciones reales a lo largo de toda la cadena de suministro, aumentando así la resiliencia: gracias a los datos en tiempo real de los sistemas telemáticos de los camiones o los sistemas de gestión de transporte, combinados con datos históricos de tráfico, la IA no solo puede reconocer patrones, predecir retrasos y calcular con precisión los tiempos de viaje, sino también activar medidas correctivas y proactivas adecuadas. Esto funciona tanto a nivel regional como para los flujos globales de mercancías.
Las posibilidades van aún más allá: utilizando la base de datos, la IA puede anticiparse y evaluar la resiliencia de una cadena de suministro por adelantado. Si reconoce posibles interrupciones, puede actuar proactivamente y sugerir alternativas antes de que ocurra un incidente. Esto redunda en una gestión inteligente de los riesgos que se basa en rutas alternativas probadas: en el ejemplo anterior, por ejemplo, rutas marítimas alternativas combinadas con transporte por carretera, conexiones ferroviarias o combinaciones inteligentes de transporte marítimo y aéreo. Esto significa que pueden prescindir de soluciones de emergencia redundantes, más caras y menos sostenibles, porque reconocen alternativas rentables y sostenibles.
Un futuro impulsado por los datos
La sostenibilidad y la resiliencia no son mutuamente excluyentes; al contrario: quienes planifican hoy de forma inteligente, utilizan tecnologías digitales y trabajan de forma sistemática basándose en datos, pueden combinar ambos objetivos con éxito. La clave reside en la transparencia, la interconexión y la gestión proactiva. Las empresas que se embarcan antes en este camino no solo aseguran una ventaja competitiva, sino que también moldean activamente una cadena de suministro sostenible, resistente a las crisis y respetuosa con el clima. ¿El siguiente paso? Utilizar la IA no solo para la optimización, sino para un apoyo genuino en la toma de decisiones estratégicas y la automatización, para una logística que no solo reacciona, sino que piensa con antelación.