Sector | Consejo y Parlamento Europeo pactan las grandes inversiones en infraestructuras con el foco en la intermodalidad

España señala el impulso al Corredor Mediterráneo que se recoge en esta revisión del Reglamento de la Red Transeuropea de Transporte (RTE-T), que aún no ha sido aprobada definitivamente.

El acuerdo recorta los proyectos de infraestructuras de transporte con Rusia y Bielorrusia.
El acuerdo recorta los proyectos de infraestructuras de transporte con Rusia y Bielorrusia.

El Consejo y el Parlamento Europeo han acordado los grandes proyectos de infraestructuras que impulsarán de aquí a 2030. El transporte intermodal y las alternativas a la carretera tendrán un peso especial. Consejo y Parlamento han llegado a un pacto provisional para actualizar el Reglamento de la Red Transeuropea de Transporte (RTE-T), que aún tiene que ser aprobado definitivamente. España, que este semestre ostenta la presidencia del Consejo de la UE, destaca que esta revisión logrará que el Corredor Mediterráneo recupere su longitud máxima, llegando a la frontera con Ucrania y recorriendo Europa de oeste a este.

El reglamento se compromete a la electrificación de los ferrocarriles en la red principal, y a que los trenes de mercancías circulen a velocidades de 100 kilómetro por hora

Los eurodiputados que han negociado esta revisión aseguran que se prestará más atención al transporte intermodal realizado principalmente por ferrocarril, vías navegables interiores o transporte marítimo de corta distancia. El reglamento se compromete a la electrificación de los ferrocarriles en la red principal, y a que los trenes de mercancías circulen a velocidades de 100 kilómetro por hora, y cruzarán las fronteras interiores de la UE en menos de 25 minutos de media para finales de 2030. Además, los ferrocarriles de la UE tendrán que migrar al ancho de vía nominal estándar europeo (1.435 mm) y, para finales de 2040, pasar a un sistema único de gestión del tráfico.

El Europarlamento señala en un comunicado que con el nuevo RTE-T "reafirma el compromiso de la UE de completar los grandes proyectos de infraestructuras de transporte en la red principal de la RTE-T para finales de 2030 y en una red global para finales de 2050, centrándose en eliminar los cuellos de botella y los enlaces de transporte que faltan". 

En palabras del europarlamentario Dominque Riquet: "Este acuerdo supone un gran paso adelante en nuestros objetivos. Con las nuevas normas de la red transeuropea de transporte, estamos creando las condiciones para un cambio hacia modos de transporte más ecológicos, al tiempo que estimulamos la movilidad de los europeos y la competitividad de nuestra economía".

Asociación con terceros países

El texto acordado recorta los proyectos de infraestructuras de transporte con Rusia y Bielorrusia y, en su lugar, refuerza los vínculos de transporte con Ucrania y Moldavia.

Una vez concluidos los trabajos a nivel técnico, el Parlamento y el Consejo deberán aprobar formalmente el acuerdo antes de que pueda entrar en vigor.

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