Varias asociaciones de transporte han advertido en los últimos meses de robos de mercancías por suplantación de identidad. Una modalidad que, si bien no es nueva, se ha incrementado este año y que los transportistas y cargadores han decidido atajar. Este lunes se han reunido representantes del departamento de mercancías del Comité Nacional del Transporte por Carretera –que congrega a las principales asociaciones del sector– y de las principales asociaciones de empresas cargadoras (Aecoc, Transprime y ACE) "con la finalidad de tratar el creciente problema surgido con las prácticas de fraude que tienen por objeto las cargas de transporte", explica en un comunicado el Comité Nacional del Transporte por Carretera.
En el encuentro de este lunes se ha constituido un grupo de trabajo que se reunirá periódicamente, "para buscar soluciones efectivas que mejoren la comunicación y la seguridad en el sector sin incrementar la carga administrativa". Esto, como reconoce el propio Comité, muestra la preocupación con la que los profesionales del sector afrontan este problema. Y es que este tipo de robos relacionados con la recogida fraudulenta de la mercancía ya representa el 1,5% del total de robos que se produce en Europa, según los datos de la Asociación internacional sobre seguridad en la cadena de suministro TAPA.
Suplantación de identidad
La federación de autónomos y pymes del transporte Fenadismer fue la primera en alertar en mayo de esta práctica fraudulenta. Un mes más tarde fue CETM, la principal patronal del sector en España, la que alertó de estas prácticas que consisten en la suplantación de identidad de intermediarios de transporte para desviar mercancías, habitualmente de alto valor, como electrodomésticos o bebidas alcohólicas, y hacerlas desaparecer.
Los delincuentes replican de forma casi idéntica los datos de empresas reales (nombre, logotipo, dirección, etc.), modificando ligeramente direcciones de correo electrónico o teléfonos. Estas alteraciones pueden pasar desapercibidas si no se revisan con atención. Ante una oferta de carga en una plataforma digital del sector, los estafadores se comunican con el cargador por correo electrónico. El cargador original, creyendo que está ante una empresa legítima, confía y formaliza el contrato, enviando la orden de carga.
Después, los delincuentes subcontratan el transporte con un transportista efectivo, que también resulta engañado. El transportista acude al punto de carga y retira la mercancía con documentación válida, pero posteriormente este falso intermediario modifica el lugar de entrega. De esta manera, la mercancía se descarga en un nuevo destino del que desaparece sin dejar rastro.
Ante estos hechos, el transportista, a pesar de ser víctima del engaño, puede ser considerado el responsable del valor total de la mercancía extraviada. Por ello, CETM instaba hace un mes a extremar las precauciones verificando de manera minuciosa direcciones de correo y números de teléfono de los intermediarios, aunque el resto de la información parezca real.