El Adblue, necesario para los diésel más nuevos, podría escasear en noviembre
Los principales productores europeos de este aditivo paralizan su producción por el brutal encarecimiento del gas natural, de donde se extrae.
Los principales productores europeos del aditivo Adblue, necesario para los camiones diésel de menor antigüedad, paralizan su producción por el brutal encarecimiento del precio del gas natural del cual se extrae, lo que podría provocar un encarecimiento de sus precios y una posible escasez a partir de noviembre. Así lo ha dado a conocer este martes Fenadismer, que avisa de que la falta de este aditivo en los motores de los vehículos puede impedir su arranque y una posible manipulación para continuar circulando podría incurrir en infracción medioambiental con multa de hasta 20.000 euros.
La principal planta de producción de Adblue en España ya ha detenido su actividad en octubre, con la previsión de reducir su producción en más de un 50% en las próximas semanas, lo que provocará un previsible encarecimiento del producto a corto plazo. Por ello, Fenadismer recomienda a todos los transportistas que hagan acopio de del mismo ante una posible escasez del mismo a partir del mes de noviembre.
Este aditivo es imprescindible para el funcionamiento de los motores diesel en una buena parte de los camiones y autobuses fabricados a partir de 2009 y de los coches producidos a partir de 2015, para poder cumplir con la normativa europea sobre reducción en los niveles de emisiones contaminantes a la atmosfera. Para ello, la mayoría de los fabricantes de automóviles optaron por la introducción en los motores de una tecnología que mezcla el gasóleo con una base de urea, denominada comercialmente Adblue, lo que permite una reducción de los óxidos de nitrógeno en un 50% y de las de partículas en un 75% respecto de lo que emitían los vehículos hace 20 años.
Sin emuladores
La federación de transportistas también desaconseja a los camioneros que se vean afectados por dicha situación instalar algunos emuladores que se venden en el mercado para instalarlos en los motores de los vehículos para poder continuar circulando, por los perjuicios medioambientales que ello ocasiona, que además puede comportar una infracción con multa de hasta 20.000 euros conforme establece la vigente Ley de calidad del aire y protección a la atmósfera.
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