La nueva Plataforma de Conductores Asalariados, que nació hace un par de meses para aunar las voces de diferentes profesionales conocidos en redes sociales, denuncia que aunque se “regalen los permisos de conducir, en las actuales condiciones económicas, sociales y laborales nadie se va a subir a un camión ni a un autobús”. Contestan así a la propuesta del Comité Nacional del Transporte por Carretera –que agrupa a las patronales y asociaciones del sector– de crear un "cheque formación" para aquellos alumnos que obtengan el certificado CAP (Certificado de Aptitud Profesional) inicial y quieran obtener el carné de conducir de camión.
"El Comité Nacional del Transporte por Carretera no entiende todavía la profundidad del problema, no es que no encuentren conductores, es que los que estamos queremos dejar", acusa esta plataforma: "Tirar dinero publico en campañas inútiles [en referncia a la campaña Reconduce del ministerio de Transportes], intentando dar una imagen de la profesión absolutamente falsa, o estas intentonas de desviar la atención de los verdaderos problemas del sector con el precio de los permisos o las areas de aparcamiento, es, cuando menos, lamentable, y demuestra que no hay intención desde las organizaciones patronales de abordar los problemas de fondo. No nos oponemos a las ayudas a la obtención del permiso, y alabamos que se cree una formación profesional seria en el sector, pero eso no es el fondo de todo el problema".
Para la Plataforma de Conductores Asalariados los problemas son “los 138 muertos en 2024 en accidentes laborales, el salario medio real de un conductor de unos 1350 euros mes con numerosos convenios al Salario Mínimo Interprofesional, lideres en lo que va de año en número de muertes, una edad media de 55 años, jornadas en conducción en equipo de 30 horas con un descanso de 9, jornadas laborales de facto de 15 horas, incumplimiento generalizado de la legislación laboral, los convenios colectivos convertidos en papel mojado, nula adaptación de la realidad empresarial del transporte a los nuevos requerimientos sociales y empresariales del siglo XXI con una atomización empresarial que impide afrontar nuevos retos”.