Prueba | Volvo FE Electric: La electro-distribución simplificada (I)

El camión de distribución de Volvo Trucks cuenta con la ventaja de tres años de experiencia en el mercado y una filosofía de uso que simplifica al máximo la labor del conductor.

El Volvo FE Electric simplifica la labor de conducción al máximo.
El Volvo FE Electric simplifica al conductor el manejo del camión.

El Volvo FE eléctrico se dió a conocer oficialmente pocas semanas después de que lo hiciera su hermano pequeño, el FL Electric, allá por 2019, de manera que incluso con pandemia de por medio puede presumir de ser un veterano con experiencia probada en este ecológico gremio, detalle de vital importancia cuando se trata de aplicar nuevas tecnologías a nuestro negocio, por aquello de la fiabilidad demostrada.

El eFE ofrece dos caras claramente diferenciadas: una para el conductor y otra para su propietario o responsable de flota correspondiente, y me explico. Los camiones eléctricos de Volvo Trucks vienen acompañados de un completo paquete de herramientas que permite al responsable del vehículo tener un control del mismo incluso superior al que tradicionalmente facilita en sus camiones con motores térmicos, como veremos más adelante.

Por otro lado, de cara al conductor, la marca sueca parece haber escogido el camino contrario, la simplicidad, para facilitar en grado sumo la labor del profesional del volante. El "chofer" del FE eléctrico se subirá a su camión como en cualquier otro, y de la misma manera accionará la llave de contacto con el mismo protocolo que en un diesel para poner en marcha su motor, aunque ahora será la vista la que “de fe” del éxito de la operación en detrimento del oído.

El "camioncito" verde nos indica que el motor está en marcha.
El "camioncito" verde nos indica que el motor está en marcha.

El ronroneo que verificaba la puesta en marcha de los seis cilindros de las plantas motrices térmicas desaparece en favor de un parpadeante testigo verde, que cuando cede en su cadencia indica la disposición del camión para el rodaje. Nada más cambia para el conductor, que soltando el freno “de mano” y pulsando la tecla “D”, como en los vehículos automáticos, ya estará en disposición de desplazarse.

Para más simplicidad, el eFE cuenta con una tecla en el salpicadero que encomienda al primer tramo de recorrido del pedal del freno la regeneración de la batería (y por lo tanto la deceleración del vehículo), vamos que, nada nuevo que no existiera en los camiones de “toda la vida”.

Pocas o ninguna instrucción más necesita el conductor para conducir el eFE sin problema, aunque sí que será recomendable que pase por el competente departamento de formación de la marca para ser aleccionado por los responsables del mismo con el fin de que esa conducción sea especialmente eficiente y rentable.

Desde esta perspectiva nada diferencia al eFE del FE.
Desde esta perspectiva nada diferencia al eFE del FE.

EL VOLVO FE ELÉCTRICO EN RUTA

Ya en ruta podemos comprobar que Volvo no ha querido “electrificar” aún la asistencia de la dirección del  eFE con su fantástica Dirección Dinámica (la VDS fue pionera en el segmento de pesados y a fecha de hoy es la más evolucionada), de manera que las generosas dimensiones del volante están justificadas para facilitar la labor del conductor en los giros.

Nuestro protagonista, lastrado con seis toneladas (la mitad de su carga útil) muestra un rodar ágil, notablemente superior al que alcanza un eFL, puesto que dispone del doble de motores. Así es, Volvo Trucks ha desarrollado una máquina eléctrica para motorizar al eFL, con dos unidades equipa al eFE y con hasta tres a la gama más pesada (FH, FM y FMX).

Tres años de experiencia real avalan al FE Electric.
Tres años de experiencia real avalan al FE Electric.

Así pues, sobre el papel (y sobre el asfalto) el FE Electric es el más favorecido en el plano prestacional de toda la gama eléctrica de Volvo, motivo por el que dos velocidades le bastan para mantener ese dinamismo. No debe dejarse engañar el conductor si en alguna salida “cuesta abajo” el camión se muestra más perezoso de lo esperado. El motivo está en la decisión “electrónica” de iniciar la marcha en 2ª, cuando el sensor de inclinación cumple con su función, indicando a la centralita que no hay necesidad de recurrir a 1ª.

Tanto en llano como cuando la carretera se alza, el eFE arranca en 1ª con un paso a 2ª más visible en el display del cuadro de instrumentos que perceptible desde el puesto de conducción. El conductor disfruta de una continuidad en la entrega de par que no alcanzan a conseguir las versiones diésel, a pesar de contar con su "veloz" caja de cambios automatizada I-Shift, por cierto recientemente mejorada más aún, y su amplia gama de paquetes de software...

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