Sector | Europa, otro paso más cerca de los megacamiones y las 44 toneladas

La Comisión estudia ampliar los pesos y dimensiones máximas ante la divergencia de normas de los países.

Modificación de masas y dimensiones, tan importantes son los plazos como el contenido
En España, el Gobierno permitirá las 44 toneladas en 2023.

La Comisión Europea está estudiando implantar las 44 toneladas y los vehículos modulares de transporte de mercancías de hasta 25,25 metros -conocidos como megacamiones- en toda la UE, según informa Fenadismer. Esta decisión, todavía no confirmada, se debe a la disparidad de criterios según el país, ya que 13 países miembros permiten a nivel nacional las 44 toneladas de carga, y el propio Gobierno español lo pretende implantar dentro de un año, según se comprometió con la Comisión Nacional del Transporte.

La Comisión argumenta que el aumento de pesos y dimensiones favorece la sostenibilidad del transporte

Según la asociación de transportistas, la Comisión admite que en la actualidad hay una auténtica fragmentación del mercado del uso de vehículos de gran tamaño y de distintos pesos debida al mosaico de normas nacionales y bilaterales o multilaterales.

La transición ecológica también es otra razón para aprobar el aumento de pesos y dimensiones, porque permitir más carga permitiría ahorrar viajes y por lo tanto emisión de gases a la atmósfera ante la imposibilidad de camiones eléctricos.

Dos años de tramitación 

Fenadismer subraya que la tramitación y aprobación de una nueva directiva europea que aprobara estas medidas se alargaría al menos dos años. En España, el Ministerio de Transportes se comprometió a aumentar el peso y dimensiones de forma escalonada a partir de 2023, junto a la simplificación de los requisitos para la autorización y circulación de los megacamiones de 25´25 metros y de los duotrailers.

Pros y contras

La Fundación Quijote por el Transporte, a la que pertenece Fenadismer, encargó un estudio a la Escuela de Ingeniería del País Vasco sobre las 44 toneladas, lo que supondría aumentar un 15% más la capacidad de carga de los camiones. Así, entre los efectos negativos destaca su impacto sobre las carreteras, al aumentar el deterioro del firme (entre un 42 y un 59% superior dependiendo del firme). Por el contrario, entre sus aspectos más positivos destaca su aportación en la mejora del medioambiente, al conseguir una disminución global de las emisiones en torno al 3,7%, aunque podría desincentivar la renovación de la flota hacia vehículos propulsados con combustibles alternativos, así como el desarrollo del transporte intermodal.

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