El combustible es la partida de gasto con más peso de la estructura de coste de un camión articulado de carga general. Sin embargo, desde que la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022 disparara el gasóleo, su importancia se ha reducido frente al resto. Además, el gasóleo es el único gasto que es considerablemente más barato que hace tres años. Los datos están extraído del último observatorio de costes que publica cada trimestre el ministerio de Transportes y que Fenadismer ya había adelantado, en parte, a principios de semana.
En julio de 2022, el gasto anual de un camión en combustible llegó a su máximo histórico: 64.281 euros, lo que implicaba el 39,3% del conjunto de costes. Con los precios de julio de este año, según el observatorio del ministerio, el combustible supone 45.148 euros anuales, el 28,8% de todo lo que cuesta operar un camión. Son valores similares a los de enero de 2022, pocas semanas antes de que estallará la invasión rusa de Ucrania, cuanto el gasto anual del combustible se calculaba en 44.017 euros y un 31,3% del conjunto de gastos.
En euros, desde el mes inmediatamente anterior a la guerra hasta julio de 2025, el precio del carburante solo ha crecido un 2,5%, mucho menos que el resto de partidas. Por eso, el peso del carburante en el conjunto de gastos es menor ahora que en enero de 2022.
La importancia que ha perdido el combustible en la estructura de costes de un camión lo ganan el resto de gastos de una manera bastante proporcional. El coste del personal de conducción se ha incrementado un 14% de enero de 2022 a julio de este año, pasando de 31.243 euros a 35.648. Y es que el coste del conductor es, tras el combustible, la segunda partida más importante.
Las dietas del personal también han subido un 14,1% y los costes de amortización del vehículo un 9,6%. Los neumáticos se han encarecido todavía más en ese tiempo, un 20%. Al igual que las reparaciones, que se incrementan un 17,5%. El coste del mantenimiento se ha disparado un 85%.