Al contrario que el transporte pesado internacional, los operadores de transporte ligero no están familiarizados con las obligaciones del tacógrafo –los tiempos de conducción y descanso, principalmente– y mucho menos con las reglas para los conductores desplazados a terceros países. Sin embargo, a partir del próximo 1 de julio tendrán que cumplirlas, y llevar instalado el tacógrafo inteligente de segunda generación, para poder operar en un país de Europa que no sea el suyo.
Preparar al sector del transporte ligero internacional para que cumpla la misma normativa que el pesado es un reto y la Organización Internacional del Transporte por Carretera (IRU) ha puesto en marcha un plan de talleres. IRU tiene previsto hacer talleres con las asociaciones nacionales que la integran, para que estas a su vez puedan formar a sus socios. Divulgará materiales de orientación práctica adaptados a empresas y conductores de furgonetas.
Ya el pasado miércoles celebró su primer taller virtual con representantes de la Comisión Europea. La directora de IRU para asuntos de la UE, Raluca Marian, asegura que su organización trabaja "en estrecha colaboración con las instituciones de la UE": "La IRU está liderando los esfuerzos para aliviar la presión, ayudando al sector de furgonetas de Europa a adaptarse, cumplir y mantener el buen funcionamiento de la logística transfronteriza".
La experiencia con los camiones
Hace ya dos años que los nuevos camiones deben tener instalado el tacógrafo inteligente de segunda generación. Desde este año, también todos los camiones que hacen transporte internacional. Y la experiencia con estos vehículos pesados demuestra que cumplir las normas a última hora provoca escasez de dispositivos y largas colas en los talleres que lo pueden instalar: en agosto de 2023, el ministerio de Transportes tuvo que idear un parche para que los nuevos camiones se pudieran matricular aunque todavía no contaran con la última versión del tacógrafo.
Por eso, en el taller de IRU del pasado miércoles, Filip Negreaunu, jefe adjunto del gabinete del comisario de Transporte, instó a las empresas de transporte ligero que hagan operaciones internacionales a que realicen la instalación cuanto antes. Negreaunu reconoció que habrá furgonetas que puedan tener problemas porque no están diseñadas para el nuevo tacógrafo, aunque existe un adaptador para ellas.
Los tiempos de conducción y descanso en el transporte pesado vienen marcados, precisamente, por un reglamento europeo, donde se fija un límite diario de nueve horas de conducción, de 56 horas semanales y de 90 bisemanales. En este reglamento también se recoge que después de cuatro horas y media de conducción, el conductor deberá respetar una interrupción por lo menos de 45 minutos.
Pero, a partir del 1 de julio de 2026, las furgonetas que hagan transporte internacional también tendrán que acatar la ley sobre el desplazamiento de conductores; que obliga a que el conductor desplazado cobre, al menos, el salario mínimo del país en el que está trabajando (y no el salario mínimo del país de la empresa). Además, los operadores deben presenten una declaración de desplazamiento a las autoridades del Estado miembro al que se desplaza el conductor. Un conductor se considera desplazado solo cuando realiza operaciones de cabotaje o las denominadas cross-trade, entre dos países que no son donde está radicada la empresa.